Descubre la magia de los pasillos

Los pasillos son esos espacios en las construcciones que suelen pasar desapercibidos, pero lo cierto es, que desde el punto de vista del arquitecto, éstos son mucho más que pasajes estrechos.

¿Qué es un pasillo?

Según la raíz etimológica, “pasillo” es un diminutivo de la palabra “pasus” que significa “paso” y esa es la clave de su función: permitir el paso de un espacio a otro en un conjunto arquitectónico.

Sin embargo, los pasillos o corredores no tienen porque ser estrictamente funcionales.  Al igual que otros espacios, tienen la capacidad de darle vida al entorno.

Con un poco de imaginación, iluminación y la guiatura de un arquitecto un pasillo puede pasar de ser el escenario de una película de terror,  ser a un espacio con personalidad y digno de experimentar.

El ABC de los pasillos

Ante nada, es importante considerar de qué clase de pasillo estamos hablando y cuál es el tipo de tráfico que recibirá.

Esto quiere decir que se debe diferenciar entre un corredor para conectar diferentes estancias y un vestíbulo donde todo tipo de personas coinciden y hacen vida.

¿Cuál es el ancho ideal para un pasillo?

Los pasillos deben contar con las dimensiones mínimas de seguridad y confort. La indicación mínima es que 2 personas puedan caminar fluidamente a través de él.

Un pasillo amplio fomenta que las personas se reúnan, sin entorpecer el paso de los demás. Además, permite un mayor paso de luz y una mejor disposición del mobiliario. Es decir, será visualmente más atractivo y confortable.

Según Ernst Neufert -un reconocido arquitecto alemán y autor del libro el “Arte de proyectar en Arquitectura”- el pasillo mínimo de 0,90 m hasta 1,6 metros de ancho, pero esto dependerá de las actividades que se generan allí y de las necesidades específicas de cada edificación.

¿Cuál es la relación de un pasillo y su entorno?

Convencionalmente, cuando pensamos en un pasillo nos imaginamos un lugar interior cerrado y oscuro, pero también pueden tener una asombrosa relación con otros espacios.

Un pasillo que se relaciona con el exterior de una edificación puede aumentar el paso de luz natural y modificar la relación que tiene con la construcción, el entorno que la rodea y la vida que sucede a su alrededor.

Los pasillos también pueden servir para romper la monotonía de un espacio interno dependiendo del trabajo que se haga en sus paredes. Por ejemplo, cubrirlas de cristal o espejos podría ayudar a aumentar la sensación de amplitud y luminosidad.

Sin embargo, no se debe olvidar que los pasillos siguen siendo una conexión y por  ende, deben tener una relación coherente con el espacio que lo rodea y la función general de la edificación.

¿Algunas ideas para darle vida?

Ya hemos conversado que un pasillo no tiene porque ser un espacio aburrido y sin nada que decir.

Con  un poco de imaginación, la presencia de mobiliario y la combinación de colores, texturas y materiales se le puede dar vida un corredor para convertirlo en algo más que en un lugar de paso.

Los  pasillos no son un espacio ajeno al resto de la construcción, por el contrario, son el hilo conductor entre cada ambiente. Por eso se debe pensar las mejores maneras de hacerlos armonizar con su entorno.

Si te quedan dudas en ArchitecTo-Go podemos responderlas todas y ayudarte a conseguir la solución constructiva que más se adapte a tus necesidades.

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